Luis Aragonés, un extraordinario gestor de equipos avanzado a su tiempo

Antonio Tugores relata su experiencia junto al ex seleccionador nacional

 

Toni Tugores junto a Luis Aragones en el RCD Mallorca 2000-01

Antonio Tugores, además de un reputado abogado especialista en responsabilidad civil y derecho de la circulación, con más de veinticinco años de servicio en la firma, es un mallorquinista incondicional. En la actualidad ejerce las funciones de delegado de campo en los partidos oficiales que disputa el RCD Mallorca en el Estadio de Son Moix, pero su mallorquinismo le ha llevado a desempeñar cargos de responsabilidad en épocas anteriores. Sin ir más lejos, como miembro del consejo de administración de la entidad, por ejemplo, durante las dos etapas en que Luis Aragonés estuvo al frente del equipo rojillo.

Precisamente el motivo de esta entrevista no es otro que conocer su experiencia conviviendo con el ex seleccionador nacional español, una de las más relevantes figuras que ha dado el fútbol nacional.

Pregunta. Todos los que le conocieron aseguran que Luis Aragonés era de esas personas cuya personalidad marcaba desde el primer instante. Cuando el técnico madrileño aterriza por primera vez en Palma, usted era por aquel entonces consejero del club. ¿Cómo recuerda las aquella primera toma de contacto?

Respuesta. Puedo decir que tuve el privilegio de ser de las primeras personas que pudo convivir con Luis desde su llegada a la isla, puesto que el primer viaje de pretemporada que realizó el equipo fue a Italia para disputar un encuentro amistoso contra el Inter de Milán. En aquella ocasión me correspondió a mí, como miembro del consejo, la representación institucional de la entidad, pudiendo disfrutar de su primera expedición como mallorquinista. En aquel instante ya me di cuenta de algo que distinguía a Luis Aragonés por encima de otras virtudes: su grado de implicación y la química que generaba a su plantilla. Los jugadores le idolatraban. Ver eso en primera persona te obligaba a pensar: aquí hay mucha química. Y efectivamente esa química explotó y el Mallorca realizó la mejor temporada de su historia, tercer clasificado de la Liga Española con 71 puntos y clasificado para disputar la siguiente edición de la UEFA Champions League. Colocar a esta pequeña isla en el mapa del mejor fútbol europeo merece un reconocimiento eterno por parte del mallorquinismo.

P. Después de aquellos dos años de convivencia junto a uno de los mejores futbolistas y entrenadores españoles de todos los tiempos, ¿qué recuerdo más nítido le queda de él?

Sólo mueren los olvidados, y creo que Luis Aragonés es y será un personaje inolvidable"

R. Yo siempre digo que “sólo mueren los olvidados”, y creo que Luis Aragonés es y será un personaje inolvidable del fútbol moderno. Creo que un jugador, en general, si tiene de entrenador a alguien que anteriormente también ha sido futbolista profesional, lo respeta más. En el caso de Luis Aragonés, con un currículum envidiable y repleto de títulos como futbolista y entrenador, ha ganado la Liga como jugador y entrenador, fue pichichi del campeonato en 1970…, esta influencia era doble. El respeto que inspiraba en el vestuario era máximo.

P. Dicen que vivía por y para su profesión. ¿Recuerda alguna enseñanza especial que aprendiera durante el tiempo en que trató con el ex seleccionador?

Desinhibidor de tensiones”. Un tipo genial con un carácter ganador que sabía transmitir como nadie a su equipo"

R. Era un “desinhibidor de tensiones”. Un tipo genial con un carácter ganador que sabía transmitir como nadie a su equipo. Eso lo hacía diferente, único.

P. Las anécdotas que circulan sobre “El Sabio de Hortaleza” son muchas y variadas. ¿Puede citarnos alguna que ocurriera en su época al frente del equipo bermellón?

R. Recuerdo  que prometió que si el equipo entraba en la Champions haría la subida a pie al Santuario de Lluc, y cumplió la promesa. Durante el tramo duro del recorrido, parte de éste podía realizarse a través de senderos que acortaban la distancia. Sin embargo, tras unos minutos atajando, rectificó y dijo: “Yo voy por la carretera, porque si no, no llego y yo quiero llegar”. Y así fue. Ese carácter lo imprimía en todo lo que hacía. Otra anécdota curiosa que le vincula de nuevo con Mallorca, es que debutó como jugador profesional de Primera en el Estadio Lluís Sitjar con el Oviedo.

P. Cuentan que una de sus virtudes era cómo conseguía motivar al equipo a la hora de preparar grandes citas. ¿Puede revelar alguna de esas estrategias?

Recuerdo perfectamente como agradecía el trabajo heredado de Héctor Cúper sobre el sistema defensivo del equipo"

R. Luis Aragonés aseguraba en los partidos importantes no hacía falta motivar al jugador. Cuando llegó al club el año 2000, recuerdo perfectamente como por entonces agradecía el trabajo heredado de Héctor Cúper sobre el sistema defensivo del equipo, una legado directo del entrenador argentino. Era un observador privilegiado y conocía al detalle las virtudes y defectos de cada uno de sus jugadores para luego potenciarlos o minimizarlos. Tenía una personalidad brutal. Otro ejemplo: en Anoeta, corría el minuto 90 y con empate a cero en el marcador mandó a rematar un saque de esquina a Miquel Angel Nadal, defensa central. Nos dio el triunfo de un certero cabezazo. Con eso se lo digo todo.